Renaud es francés y nació en 1986. Aunque somos quintos, él tiene un récord del mundo y yo aún no. También es conocido como el medallista más triste de Río 2016, por un tweet no muy acertado que provocó la enemistad del público. No es el asunto sobre el que quiero escribir, pero merecía ser mencionado.
El ser humano cada vez es más rápido, más fuerte, más resistente… ¿Cuál es nuestro límite?
Es evidente que por mucho que los entrenamientos, la ciencia y la tecnología mejoren nosotros no podemos mejorar más allá de las leyes de la física. Se ha hablado mucho del límite en los récords del mundo y si queda poco para llegar a ese punto que no podremos sobrepasar jamás. Según el instituto francés del deporte, en 2060 no tendremos más récords mundiales. Así de claro, se acabó.
Me gusta creer en el potencial que tienen las personas cuando persiguen lo que les apasiona. Obviamente hay un límite, pero lo que más nos cohíbe son las barreras y los obstáculos y no los límites. Si tienes algo en mente en lo que crees, una idea, un sueño, un destino… simplemente persíguelo.
‘Just do it’, el que es para muchos el mejor eslogan de todos los tiempos de la publicidad, es una frase que te empuja a moverte y salir de tu hibernación. No te pongas excusas y no crees obstáculos donde no los hay. Conseguir lo que uno desea es más fácil de lo que nos hacen creer y además disfrutarás del camino. Yo sigo en mi búsqueda (disfrutando del camino) y espero algún día encontrar eso que me apasiona. Y… cuando lo encuentre, os prometo que no pensaré en los límites y saltaré por lo menos hasta los 6,16 metros.
P.D. Hablando de publicidad… Os recomiendo el libro de Frederic Beigbeder 13,99 Euros.
Rule The City 
Los límites están para superarse, no se si los franceses tendrán razón o no, pero ya se encargarán si eso de modificar las pruebas para que se pueda seguir avanzando.
Te recomiendo encarecidamente el documental valley uprising, que trata de como ha evolucionado la escalada y los límites, lo «imposible» una vez lo consigue alguien lo empiezan a conseguir más, como si el primero abriera una puerta transparente por la que el resto del mundo ya pudiera intentar pasar.
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